martes, 29 de septiembre de 2009

La Noche de los Agridulces 'Por Pocos'



La Noche de los Agridulces ‘Por Pocos’

El pasado domingo el ámbito deportivo y artístico se me mezclaron por la noche cuando, entre el cambia y cambia del televisor, fui testigo de logros que nuevamente ponían en alto nombre de Puerto Rico, aunque con sabor agridulce.

Fueron dos escenario distintos pero iguales en el sentimiento patriótico que de vez en cuando inunda el corazón de muchos puertorriqueños, aunque la mayoría de estos cambie de opinión cada cuatro años para apoyar a un ente que propulsa la idea de anexión, la que eliminaría de una vez y por todas la representación internacional de la patria en eventos deportivos y culturales.

Pienso que el pobre televisor, si tuviera vida, estuviera mentándome a la pobre madre que me parió, pero el cambia y cambia tenía que ser inminente cuando en el Canal 13 el equipo nacional de voleibol femenino luchaba la medalla de oro en el Campeonato Norceca contra un excelente sexteto dominicano y en el canal de MTV el grupo de baile, Afroboriké, que es formado por bailadores puertorriqueños y cubanos, también luchaba el primer puesto contra las integrantes de ‘Whe Are Heroes’ en la competencia America’s Best Dance Crew (ABDC).

El equipo de voleibol, liderado por los acomodos de Vilmarie Mojica y los ataques de Aury Cruz, concretó el primer ‘por poco’ de la noche cuando, en un partido que se extendió al máximo de cinco sets, fue vencido por un aguerrido sexteto dominicano, que estuvo al borde de la derrota en el cuarto episodio, pero que lograron sobreponerse para ganar el metal dorado. Este ‘por poco’ fue histórico porque ese segundo lugar no deseado se convirtió en la primera medalla de la Isla en la historia de este campeonato continental. Y aunque ‘Las Nenas’ nuevamente hicieron historia bajo el mando del técnico argentino Carlos Cardona, no me conformo con el resultado, pues estuvimos a ley de un punto para obtener la victoria en el cuarto set y ganar el único puesto para la Copa de Campeones de la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), a celebrarse en Japón el próximo año.

“En el cuarto parcial, y en medio del partido por la medalla de oro, al equipo le faltó coraje para cerrar un cuarto parcial que estuvo a nuestro favor”, dijo el mentor en una conferencia de prensa luego de finalizado el encuentro.

Mientras que el grupo Afroboriké, junto con We Are Heroes, grupo formado por féminas, rompió con los estereotipos al clasificar a una final de latinos y mujeres en un ambiente dominado por el ‘gringo’, ya sea blanco o negro. Aunque los boricuas no lograron la victoria estoy algo contento por eso, pues su ‘por poco’ dependió de los votos de miles de personas. Ellos estaban a la merced del ‘texteo’, diferente al ‘por poco’ del conjunto de voleibol, que estuvo a la merced de sus propias piernas y manos.

Para concluir estoy contento con estas gestas históricas, pero no conforme. Siempre tenemos que pensar en treparnos en el último escalón del podio. No me gusta cuando tenemos la victoria en las manos y la dejamos escapar, o se les olvidó la derrota del equipo de baloncesto en el partido por la medalla de bronce en el Mundial del 1990, o tan reciente como la ventaja que desperdiciamos en el Clásico Mundial de Béisbol contra los Estados Unidos en la fase semifinal. Creo que hemos presenciado varios ‘por pocos’ en los últimos años.



viernes, 25 de septiembre de 2009

Sir Michael Jordan


Sir Michael Jordan

No viví la época de Roberto Clemente, tampoco presencié la era en que Muhamed Ali revolucionó al mundo con sus gestas, las que trascendieron por el mundo y llevaron su mensaje de igualdad en tiempos en donde el celular y el internet aún no se habían concebido.

Ahora, tuve la dicha, en los pasados días, de sentarme en el sofá de mi casa y ver como inmortalizaban al mejor jugador en la historia del baloncesto. Dicho reconocimiento era indudable y su entrada al Salón de la Fama era obligatoria pues sus logros en el tabloncillo hablaban por si solos. Obtuvo seis campeonatos en una de las ligas más competitivas del mundo, y en los seis fue el jugador más valioso. Y ni hablar de todos sus tiros a último segundo y de las caras con bocas sedientas de victoria que, por su culpa, nunca llegaron a probar el dulce néctar campeonil.

Amado por sus amigos fuera del juego, y odiado por sus enemigos en el campo de batalla, en donde su equipo de la ‘ciudad de los vientos’ eliminó a decenas de quintetos, privándolos de ganar. Muchos lo catalogan como extraterrestre, otros dicen que llegó de marte, pero lo cierto es que en el planeta tierra cautivó a millones con sus extraordinarios saltos, su indefendible ‘step away’ y su peculiar lengua, que avisaba de la posible ejecución espectacular cuando estaba cerca del canasto.

Lo bonito de todo es que en ese mismo sofá, en donde vi su exaltación, también presencié a finales de los ochentas y principios de los noventas cuando su apellido alcanzó la altura que hoy día tiene, y de la que nunca descenderá.

Esa noche de un viernes y sentado en ese mismo sofá me di cuenta de que al verlo llorar, por la emoción que le embargó en ese podio privilegiado, es humano.

P.D. Sé que tengo que comprar un mueble nuevo!


jueves, 24 de septiembre de 2009

En la curva debajo del árbol



En la curva debajo del árbol.

Mientras iba en mi carro...



Una llamada de una muy buena amiga tocó a la puerta de mis recuerdos, los que de vez en cuando se escapan a dar unas vueltas, emigrando hacia el olvido pero regresando a los años vestidos de nostalgia, risas y alegrías. Fue la canción "Yo soy malo" de Carlos Manuel, artista cubano con un sabor tropical único, la que inspiró a que se propiciara esa llamada, que de paso abrió el baúl de mis memorias habaneras, sacando del mismo el único bártulo latinoamericano que al momento poseo.

La visita que realicé a Cuba en diciembre del año 2000 fue única y sorprendente, exquisita y sabrosa, detallada y amplia, fina y pueblerina, con sabores caribeños que en ningún momento afloraron el "sin sabor" de la realidad de la que muchos, sin haber pisado esta tierra, critican. Su gente tan alegre, navega en un ambiente tan diferente al mío pero en una misma embarcación con numeración caribeña, abordada por ilusiones de esperanza, sin saber que la diferencia entre un lado y otro es meramente "cosmética".

Varios días de caminatas hacía la Universidad de la Habana fueron los que inundaron mi cabeza de los recuerdos que no se olvidan, de los que se quedan en la "materia gris", de los que me llevaré a la tumba. La escalinata de la universidad, con su estatua al final de ella, era impresionante, y aunque no era la más larga de todas el pensar que la tenía que subir luego de esa caminatita mañera me causaba trabajo. En ese lapso también pude ver sus carros, adornados de tiempo e inventiva, que luego de 50 años todavía siguen en marcha.

Y ni hablar de la vida nocturna, de los lugares bailables en los que la gente sudaba "salsa". Es increíble que luego de ocho años de haber estado allá todavía tenga las ganas de volver.

Pero, por qué el título de esta nota, En la curva debajo del árbol? Sencillo, porque en uno de esos días mientras daba mis caminatas mañaneras de las que estoy documentando, en una de las curvas y en la que había un arbol aguanté, COMO NUNCA, las ganas de ir al baño. Fueron muchos minutos de luchas internas con mi ser, fueron muchos minutos de dolores naturales que se apoderaron de mi físico, fueron muchos minutos de 'por pocos' que hubieran adornado mi pantalón de color marrón. Así que, cuando se bañen en el hotel no se beban el agua que sale de la 'pluma'. Jejeje.

El Emparedado Perfecto

Esta historia fue escrita por mi ahijada Angelica Jaylid Nieves Resto, quien tiene seis años. Todo fue creado por ella, desde la trama y lo...